Summa Psicológica UST

2018, Vol. 15, Nº 1, 90 - 97

doi:10.18774/0719-448x.2018.15.364

Microgénesis y la Psicología de la Totalidad (Ganzheitspsychologie):

Un retorno al estudio de la diferenciación y el desarrollo

Microgenesis and Wholeness Psychology (Ganzheitspsychologie):

A return to the study of differentiation and development

Pablo Fossa

Universidad del Desarrollo, Chile

(Rec.: enero de 2018 – Acep.: abril de 2018)

Resumen

Este artículo profundiza la noción de microgénesis y su relevancia para el estudio de los fenómenos humanos. A través de una revisión histórica y una delimitación teórica del concepto se presenta el trasfondo fenomenológico que le da origen. Con este objetivo se revisan los inicios del concepto realizando una descripción exhaustiva del despliegue microgenético como dimensión primera de la experiencia humana. Además, se realiza una revisión de los principales estudios microgenéticos de la historia de la psicología que han establecido una tendencia para estudios contemporáneos en microgénesis, diferenciándolos de estudios microanalíticos en psicología moderna, no genéticos en su orientación. Finalmente se enfatiza la importancia de reflotar la noción de microgénesis en investigación contemporánea destacando las importantes contribuciones que puede brindar al estudio de los procesos psicológicos.

Palabras claves: Microgénesis; Aktualgenesis; Ganzheitspsychologie.

Abstract

This article attempts to delve into the notion of microgenesis and its relevance for the study of human phenomena. Through a historical revision and a theoretical delimitation of the concept, this article intends to present the phenomenological background that gives rise to the concept. To this end, we review the beginnings of the concept by means of an exhaustive description of the microgenetic deployment as the first dimension of the human experience. Moreover, we carry out a revision of the main microgenetic studies in the history of psychology that have established a tendency for contemporary studies in microgenesis, and point out differences from micro-analytical studies in modern psychology, non-genetic in their orientation. Finally, we emphasize the importance to refloat the notion of microgenesis in contemporary research, highlighting the important contributions that can offer to the study of human phenomena.

Keywords: Microgenesis; Aktualgenese; Ganzheitspsychologie.

Introducción

La microgénesis como forma de acceder a los fenómenos de la experiencia humana ha cobrado gran relevancia en las últimas décadas de investigación. Consiste en el estudio del desarrollo psicológico a nivel micro, intentando captar cómo se construyen y despliegan paulatinamente en pequeños rangos de tiempo (Valsiner & Van der Veer, 2000; Rosenthal, 2004). La microgenésis es el proceso de formación de la experiencia humana, la cual puede ser observada y comprendida en sucesivos movimientos, casi imperceptibles cuando se observa el comportamiento total (Diriwächter, 2009). A diferencia de la investigación moderna en psicología, la microgénesis comprende los procesos psicológicos en constante desarrollo y despliegue durante la experiencia, y la investigación de fenómenos estáticos, los cuales no captan el proceso de formación (Diriwächter & Valsiner, 2008).

Los inicios de esta comprensión de la experiencia humana se remontan a los trabajos de Sander (1930) y Conrad (1947) sobre el proceso de percepción y alteraciones del lenguaje, apareciendo el concepto Microgénesis por primera vez en el trabajo de Werner (1956) denominado “Microgenesis and Aphasia”.

Vygotsky (1934), en su texto denominado “Pensamiento y lenguaje”, propone la existencia de distintos niveles para el estudio de los fenómenos humanos, entre ellos el nivel filogenético, ontogenético, socio-cultural y microgenético, enfatizando este último como la manera de estudiar procesos cognitivos complejos a través de la exploración de su origen y su proceso de formación. Vygotsky (1934) en la exploración de los procesos cognitivos superiores propone que, dentro de los diferentes niveles de análisis de la experiencia, el nivel microgenético es el que permite observar y comprender el desarrollo, despliegue y evolución de las facultades de la mente y así poder comprender el proceso evolutivo de la experiencia humana. Sin embargo, la microgénesis consiste en un nivel de análisis de la experiencia y un abordaje metodológico para el estudio de fenómenos psicológicos complejos, que fue desarrollada por una antigua tradición que ha sido olvidada por la corriente principal de la psicología actual. El presente artículo tiene por objetivo desarrollar el concepto de microgénesis y enfatizar su contribución en el estudio de fenómenos de la experiencia humana. Se revisa el desarrollo histórico del concepto, así como también se intenta describir los principales estudios sobre microgénesis en la historia de la psicología y algunas contribuciones actuales de estudios microgenéticos en diversos campos de investigación. Finalmente se enfatiza la importancia de reflotar la noción de microgénesis en investigación contemporánea destacando las importantes contribuciones que puede brindar al estudio de los fenómenos humanos.

Hacia una noción de microgénesis

Sander (1930) fue el primero en observar los procesos de formación de los fenómenos psicológicos en curso y denominó a este fenómeno como Microgénesis (Aktualgenese). Este concepto fue retomado por Werner (1956) en sus estudios sobre afasia y fue relacionado con el proceso de incremento paulatino de la estimulación visual, paso a paso, la cual implica en una primera instancia la percepción de figuras difusas, seguidas de formas algo más diferenciadas, hasta finalmente lograr percibir la verdadera forma perceptual. Este proceso permite “captar” la emergencia de novedad entre cada fase de estimulación, logrando observar el desarrollo del proceso en el “aquí y ahora”.

En la vivencia de una nueva experiencia se produce una diferenciación de totalidades. Esto es, pasamos de una confusa globalidad hasta lograr una abstracción necesaria para dar sentido a la experiencia (Diriwachter, 2008). Primero diferenciamos lo conocido de lo desconocido, para luego articularlo en una experiencia total con sentido. Es decir, la microgénesis consiste en el proceso de diferenciación, articulación y re-integración de la experiencia desde una percepción inicial confusa y vaga, hasta una percepción de totalidad con atribución de sentido.

La microgénesis comprende los fenómenos humanos en permanente desarrollo durante la experiencia. Este nivel de desarrollo corre paralelo a los niveles filogenético, ontogenético y socio-cultural, es más, se encuentran en constante interacción e influencian mutuamente su desarrollo. La microgénesis constituye una experiencia en primera persona y su abordaje debe contemplar la observación del despliegue de movimientos a nivel micro, lo que permite captar la riqueza del fenómeno, aspectos que son difícilmente captados en el nivel macro. Sus postulados tienen herencia desde la teoría de la “corriente de la consciencia” desarrollada por James (1890) lo que implica que para comprender el flujo de la experiencia en permanente movimiento y cómo la realidad de esta se manifiesta en la consciencia es necesaria y fundamental la observación y comprensión de su progresiva construcción evolutiva.

Esta visión de los fenómenos de la consciencia implica una comprensión de las funciones psicológicas entendidas como fenómenos holísticos en los que se intenta comprender la totalidad de una experiencia compleja. Sin duda esta corriente proviene de una tradición llamada Ganzheitspsychologie la cual es traducida al español como Psicología de la Totalidad (Diriwachter & Valsiner, 2008; Diriwachter, 2009; Valsiner & Van del Veer, 2000), que a su vez se remonta a los trabajos iniciales de Felix Krueger y Friedrich Sander, iniciadores de la segunda escuela de Leipzig. La segunda escuela de Leipzig constituye el segundo movimiento más importante desde la escuela de psicofisiología fundada por Wilhelm Wundt, y un movimiento contestatario a la psicología de la Gestalt de Berlin. La escuela de Berlin o Psicología de la Forma (Gestalt Psychology) se caracterizó por estudiar procesos perceptivos finales, esto es, “terminados” y no su proceso de desarrollo. Mantiene un excesivo “localismo” que sería el fundamento de la actividad perceptiva (el cerebro), por lo que se puede asumir como una teoría fisicalista. Sin embargo, no incorporan las emociones durante los procesos perceptivos ni el proceso de gestación de la percepción. Es debido al interés de estudiar percepción de totalidades estáticas y su excesivo “fisicalismo” que la Psicología de la Forma (Gestalt Psychology) no es verdaderamente genética en su orientación (ver Van der Veer & Valsiner, 2000; Didiwachter, 2008; Diriwachter & Valsiner, 2008; Diriwachter, 2009; Valsiner, Molenaar, Lyra & Chaudhary, 2009).

De acuerdo a Werner (Werner, 1956, Werner & Kaplan, 1963), la experiencia y microgénesis de los fenómenos humanos se produce a través de símbolos que toman forma en lenguaje, pensamientos o gestos. El despliegue o desarrollo microgenético de estos sistemas de signos en la experiencia humana son denominados por Werner & Kaplan (1963) protosímbolos. Es decir, pequeños movimientos a nivel micro de lenguaje, pensamiento o gestos que tienen lugar en la experiencia humana y que en su conjunto conforman un comportamiento mayor. En la interacción social cotidiana sólo es posible percibir movimientos generales acompañados de emociones a ratos complejas que en su análisis dan cuenta de micro-movimientos proto-simbólicos en el despliegue de una interacción. Durante la experiencia y en el encuentro con la cultura, se producen micro-movimientos a nivel de la expresividad corporal y micro-pensamientos los que van constituyendo en su paulatino desarrollo la totalidad de la experiencia. Este fenómeno constituye un proceso evolutivo en movimiento que se experimenta como tiempo subjetivo, por lo cual no es medible en unidades del tiempo cronológico.

El desarrollo genético de la experiencia es posible observarlo ya sea en la percepción de un estímulo determinado, como en el desarrollo de una interacción interpersonal o en la adquisición de una habilidad o función a lo largo de la vida. Una noción importante en la microgénesis es la comprensión de que actúa como proceso de desarrollo, al mismo tiempo que como un despliegue. Desarrollo ya que implica una evolución y despliegue ya que es una experiencia que, aunque a nivel micro, mantiene una extensión temporal (Rosenthal, 2004). Aquí la noción temporal es fundamental. La construcción microgenética de la experiencia y los fenómenos humanos implica un proceso en movimiento y en evolución, con una direccionalidad hacia el futuro. Cada expresión de la experiencia es constituida por movimientos que la precede y generará una expresión nueva en el futuro inmediato. Aquí la perspectiva de experiencia en permanente transcurso de Valsiner (2002, 2004) se relaciona directamente con la perspectiva genética de los procesos psicológicos.

En la génesis de la experiencia, cada precursor contiene y puede anunciar en sí mismo eso que será experienciado en el momento siguiente, aunque a veces de manera imperceptible e incompleta (Rosenthal, 2004). Estos precursores de la experiencia presente se disuelven permanentemente con la emergencia del nuevo momento. Es decir, la experiencia en momento presente se encuentra permanentemente alejándose y el futuro inmediato (incierto, aunque predecible dentro de un rango de posibilidades) permanentemente acercándose (Valsiner & Van der Veer, 2000). De esta manera la microgénesis de la experiencia humana se establece como un continuo de desarrollo, evolución y diferenciación de los procesos psicológicos y la experiencia (Rosenthal, 2004). En cada expresión humana se anuncia de manera latente eso que será expresado en un momento posterior, aunque aún de manera indiferenciada y poco determinada. En este sentido la microgénesis de la experiencia se opone a la noción de transformación y a la sucesión de fases desde un estado a otro, sino que propone la experiencia y el desarrollo como una evolución paulatina experimentada en tiempo presente, a nivel micro, momento a momento.

La microgénesis es entonces un proceso de pre-formaciones sucesivas (Rosenthal, 2004). Es decir, en la microgénesis es posible observar una serie de precursores, imposibles de percibir por la percepción humana, que dan origen a la experiencia. Cada uno de estos es aún indiferenciado, pero contienen aspectos del estado final. En palabras de Rosenthal:

La experiencia tiene una profundidad y consistencia, ya que en ella se sabe constituida, en el tiempo, por bosquejos sucesivos, y esto incluso cuando nos ha sido imposible hacer aflorar sus despliegues primitivos, porque han sido soslayados por la siguiente ocurrencia (Rosenthal, 2004, p. 97).

Es por esto, que el estudio de la experiencia microgenética (Ver Sander, 1930; Werner, 1956; Flavell & Draguns, 1957; Werner & Kaplan, 1963; Valsiner & Van der Veer, 2000) se ha centrado en el estudio de los precursores de la experiencia como forma de observar la Gestalt intermedia desde un estado a otro, o preformaciones del proceso de despliegue de la experiencia, desde una experiencia previa. Un ejemplo de esto son las estrategias utilizadas por Sander (1930) en el estudio de la percepción; la técnica taquistoscópica utilizada por Werner (1956) en sus estudios sobre afasia; y el trabajo de Flavell & Draguns (1957) en el estudio de las respuestas cognitivas a ciertos estímulos. Todos estos procedimientos tienen como objetivo estudiar el proceso de formación gestáltica o preformaciones de la experiencia total, y para esto, utilizan una aplicación intermitente y sucesiva de estímulos, los cuales van aumentando paulatinamente el tiempo de exposición.

De acuerdo a lo expuesto entonces, la construcción microgenética de la experiencia humana consiste en un desarrollo temporal en tiempo presente de una expresión, pensamiento o comportamiento, cuyas fases y micro-movimientos paulatinos constituyen la totalidad del fenómeno. Es decir, la microgenésis permite captar los movimientos precursores de la experiencia, las cuales no son captadas en el desarrollo definitivo o fenómeno perceptivo total (Rosenthal, 2004). Desde esta perspectiva, la microgénesis de la experiencia humana en el contacto con otro y con el mundo, se manifiesta en un desarrollo evolutivo de micro-movimientos que se expresan como flujos de pensamiento, expresión vocalizada y gestos, los cuales en su conjunto constituyen la totalidad de la experiencia percibida. De acuerdo a Rosenthal (2004) cada expresión es el resultado de un proceso genético que tiene lugar en pequeños o grandes rangos de tiempo de tiempo, y que a su vez dan cuenta de ese despliegue que lo precede. En las palabras del autor: “(…) Cada movimiento expresivo procede de dinámicas que lo configuran, que hacen de la experiencia la expresión de su propio proceso de constitución” (Rosenthal, 2004, p. 102).

Aquí cobra relevancia la diferencia entre la noción de microgénesis de la Psicología de la Totalidad – y sus sucesores en psicología contemporánea – y, por otro lado, la noción de estudios sobre fenómenos a nivel micro que ha desarrollado la psicología moderna, escasamente genéticos en su orientación.

En la psicología tradicional – a saber, la corriente principal de la psicología moderna – la unidad de análisis constituye el elemento más pequeño en el cual un proceso psicológico, como por ejemplo la formación de una declaración, puede ser descompuesto (McNeill, 1992). En la perspectiva microgenética, por otro lado, la unidad de análisis es el más pequeño componente que posee capacidad de desarrollo, despliegue, crecimiento o totalidad (Vygotsky, 1934), para desarrollar dentro de alguna cosa, la declaración final.

Lo anteriormente planteado constituya la gran diferencia entre los estudios de la psicología de la totalidad y algunos estudios de psicología moderna: los estudios de microgénesis versus los estudios de microanálisis. El concepto de microanálisis ha surgido en psicología moderna desde un entendimiento equívoco de los antiguos estudios en microgénesis. Según establece Aldunate, Infante, Carré & Cornejo (2009), los estudios modelos de microanálisis han puesto el énfasis en la palabra micro, mientras, por otro lado, los estudios basados en la psicología de la totalidad han puesto el énfasis en la palabra génesis.

Debido a esto, los estudios en microanálisis han centrado sus esfuerzos en la observación de eventos secuenciales de pequeños rangos de tiempo. Es decir, estos estudios mantienen una noción de desarrollo entendido como una secuencia de etapas en el tiempo. En los estudios microanalíticos el foco es estudiar una secuencia de eventos, parciales e incompletos, y no la formación de un fenómeno (Aldunate, Infante, Carré & Cornejo, 2009). Por otro lado, lo que defiende la verdadera noción de microgénesis es exactamente su dimensión genética. Es decir, el proceso de permanente evolución y desarrollo en el tiempo; una totalidad en sí misma y no una secuencia de fases independientes entre sí.

En este sentido, la psicología moderna a través de los estudios de microanálisis ha estudiado las partes constitutivas de la experiencia (fases, estados y etapas) y no la unidad elemental más pequeña con capacidad de desarrollo y evolución durante la experiencia, como es el objetivo de la observación microgenética del funcionamiento psicológico. A simple vista, los estudios microanalíticos, no genéticos en su orientación, podrían confundir al lector sobre cuáles son las unidades de sentido con capacidad de desarrollo. Sólo estás y, su acaba comprensión, es la que permite la comprensión de la experiencia psicológica y su permanente proceso de formación.

Algunos estudios sobre microgénesis

Los principales estudios en microgénesis luego de los trabajos de Sander (1930) y Conrad (1948), son los trabajos de Barlett (1932), Vygotsky (1934) y Werner (1956).

Barlett (1932) realizó estudios sobre memoria a través de la técnica de reproducción repetida. En su estudio presentó una serie de estímulos a los participantes y solicitó reproducirlos después de 20 minutos, luego de una semana y luego de algunos meses. Los resultados evidenciaron que algunas reproducciones se mantenían, otras se olvidaban y finalmente otras eran transformadas. Esto ocurrió en las tres fases de reproducción e incluso de una fase a otra. Estos hallazgos constituyen unos de los primeros estudios del proceso genético del olvido y el recuerdo.

Vygotsky (1934) realizó estudios microgenéticos con objetivo de observar el desarrollo, formación y evolución de los procesos cognitivos en la infancia. Con una observación más fina que la de Piaget (1922), Vygotsky (1934) logró describir el proceso microgenético del desarrollo del pensamiento y el lenguaje en el desarrollo filogenético y su intersección en la infancia durante el desarrollo ontogenético. Uno de sus principales estudios se relaciona con los trabajos sobre memoria, en los cuales exponiendo a niños a diferentes condiciones en las que debían recordar palabras, observó el desarrollo de estrategias y construcción de nuevos significados para la resolución de tareas, en este caso tareas de memorización. Los resultados muestran los diferentes estadios en la construcción de significados a nivel micro, durante la realización de la tarea.

Werner (1956), por su parte, realizó estudios microgenéticos sobre percepción de estímulos y ejecución de lenguaje en trastornos del lenguaje. Sus trabajos consisten en estudiar los estados intermedios de un acto perceptivo a través de la presentación de estímulos confusos, pequeños, distantes, en un breve tiempo de presentación y en la periferia del campo perceptual del sujeto. Los resultados de este trabajo dan cuenta de la naturaleza sensorial y organísmicas de los primeros momentos de la percepción humana, hasta alcanzar una comprensión cognitivo-intelectual en un momento posterior.

En un estudio realizado por Werner (1956) con sujetos con trastornos del lenguaje, específicamente afasia, el autor presentó en el taquistoscopio palabras, combinaciones de palabras y frases cortas. Luego de cada aplicación a 1/50 segundos cada participante debió referir toda su experiencia frente al estímulo. La palabra presentada en uno de sus estudios fue Sanfter Wind (viento suave). El procedimiento se detalla a continuación (Werner & Kaplan, 1963, p. 348):

1.“___? Wind”: Lo que se puso delante de “viento” se siente como un adjetivo que especifica la naturaleza del viento; se siente como “cálido”, “blando” o algo similar. Definitivamente no es una palabra de dirección.

2. “___er Wind”: Ahora sé que la palabra es “más pesado” que “caliente”... de alguna manera más abstracta.

3. “___cher Viento”: Ahora se parece más a un adjetivo que dirección.

4. “___ter del viento”: Ahora de nuevo un poco más concreto, me parece algo así como “Weicher Wind “, pero “ter”...

5. Ahora con toda claridad: Sanfter Wind. No, en absoluto. Yo tenía clara la idea antes de presentada la palabra, ya sentía la idea.

Este estudio muestra dos importantes reflexiones. Una de ellas es una aparición temprana de la esfera general del significado de la palabra (“cálido”, “blando”) antes del reconocimiento específico. La segunda reflexión apunta a la percepción fisionómica indiferenciada de la naturaleza de la experiencia (“se siente como cálido”), lo que sugiere la participación de una dimensión organísmica - corporal. En este sentido, la experiencia organísmica es sensación corporal total. Estos son algunos ejemplos de la fisionomización de la percepción del lenguaje y de la experiencia humana como expresión fisionómica.

En un estudio similar los autores presentaron diferentes palabras (Ej: tirar y empujar) a través del taquistoscopio, al mismo tiempo que solicitaban a los participantes movimientos concordantes y discordantes. Los resultados muestran que la actividad concordante permite comprender y descifrar más rápidamente la palabra presentada en el taquistoscopio que los sujetos que participaron de la condición discordante (Werner & Kaplan, 1963). Esto concluye que la microgénesis del acto perceptivo incluye un proceso emocional, fisionómico y expresivo.

Estos tres grandes estudios en microgénesis constituyen un aporte a la comprensión del desarrollo cognitivo y el funcionamiento psicológico. Estos trabajos emblemáticos en la historia de la psicología evidencian la importancia del método microgenético para el estudio de psicología básica y la comprensión del proceso de construcción de la experiencia psicológica momento a momento.

Los estudios anteriormente presentados han repercutido en nuevas investigaciones basados en esta perspectiva de la experiencia en la psicología contemporánea. Por ejemplo, un estudio microgenético contemporáneo (Augustin, Leder, Hutzler & Carbon, 2007) observó las dinámicas implicadas en la observación del arte. Dos experimentos examinaron las dinámicas de transformación de estilo y contenido por medio de la presentación taquistoscópica. Se variaron condiciones perceptivas para averiguar acerca de las etapas implicadas en la formación de los preceptos estéticos. Los tiempos de presentación fueron entre 10, 50, 202 y 3.000 milisegundos. Los resultaron evidencian que la percepción de contenido estuvo presente en gran parte de las aplicaciones, la percepción del estilo fue trazable sólo desde 50 milisegundos en adelante. Esto sugiere pensar que en la microgénesis de la percepción del arte el estilo sigue al contenido.

Un estudio dirigido por Diriwätcher (2008) presentó una imagen a través de una serie de estados, desde una imagen confusa (en la cual los participantes no tenían certeza del contenido real de la imagen) hasta su total nitidez. Los participantes reportaron sentimientos de intranquilidad en los estados iniciales cuando la percepción de la imagen era confusa y reportaron estados de liberación y tranquilidad en las etapas finales de la imagen (óptima claridad). En una segunda etapa del estudio, introdujeron música al mismo tiempo que se presentó la misma imagen desde un estado confuso hasta su total claridad. Los resultaron reportan que cuando una música tranquila y calmada era presentada los participantes parecían cambiar su foco desde una imagen confusa hasta una música claramente identificable. Nuevamente, y con la incorporación de un segundo estímulo sensorial, es posible observar una transformación desde una percepción poco clara (imagen difusa) hasta un estímulo óptimamente percibido (pieza musical), en el cual la música agrega emociones no negativas al proceso de transformación. Existe entonces un movimiento desde lo difuso hacia una totalidad unificada cargada de sentido a través de la experiencia de la Aktualgenese.

Otro estudio similar incorporó música mientras los participantes observaban una luz en movimiento (Diriwätcher, 2008). Los sujetos percibían mayor agitación cuando la música era introducida, debido a que los movimientos de la luz no necesariamente eran armónicos con el ritmo. La discordancia entre el estímulo visual y auditivo permite a los participantes significados fisionómicos negativos o simplemente concentrarse en uno de los dos estímulos. Algo diferente sucedió cuando se incorporó una música con ritmo rápido coherente con el movimiento de la luz. Los participantes se mostraron sorprendidos con el fluir de la música y la luz, incluso sabiendo que un estímulo no se relaciona con el otro.

Un estudio adicional (Aldunate, Infante, Carré & Cornejo, 2009), a través de la adaptación de la técnica taquistoscópica utilizada por Werner (1956), realizó una observación del proceso microgenético de percepción de caras. Los resultados evidenciaron la existencia de tensión emocional durante la falta de certeza en la percepción del estímulo, evidenciándose dos estilos de respuesta, que sugieren dos formas de experiencia perceptual. Por un lado, se observó un modo pre-conceptual de responder, caracterizado por descripciones y por estar restringido a los detalles de la imagen, mientras que, por otro lado, se observó un modo inferencial respecto a lo que la persona logró percibir.

Otros trabajos actuales han mostrado el proceso de construcción de significados durante momentos específicos de los procesos terapéuticos (Fossa & Molina, 2017) y durante los procesos discursivos interaccionales de parejas (Fossa, et. al., 2016). Estos trabajos han mostrado la evolución de los significados y los mecanismos para mantener, fortalecer, superar o evitar la tensión de la interacción dialógica en los procesos intersubjetivos.

Todos estos estudios son algunos de los alcances realizados por la Ganzheitspsychologie y su influencia en la investigación contemporánea. La mayor parte de los estudios en microgénesis se han centrado principalmente en solo una experiencia sensorial. Sin embargo, las nuevas actualizaciones en investigación han incorporado cuando dos o más estímulos diferentes introducidos al mismo tiempo lo que ha demostrado que el fenómeno de la Aktualgenese es desplegado de diferente manera, siendo aún más complejo de observar (Diriwächter, 2008).

Relación entre los diferentes niveles de desarrollo humano

Luego de revisar la perspectiva microgenética del desarrollo humano parece relevante ver sus posibles interacciones con los otros niveles evolutivos. Vygotsky (1934), además del nivel microgenético de la experiencia, propone la existencia otros niveles para el estudio del origen, despliegue y desarrollo de los fenómenos humanos, entendidos estos como procesos en curso influenciados por la evolución histórica de la especie y la cultura.

Los trabajos de los primeros investigadores en microgénesis, a saber, Werner y Sander, influyeron decisivamente en otros autores de psicología del desarrollo, especialmente en Lev Vygotsky, quien diferenció cuatro niveles genéticos de la experiencia humana: la filogénesis, la historia socio-cultural, la ontogénesis y la microgénesis. De acuerdo a Vygotsky (1934) el nivel filogenético se relaciona con el estudio de la evolución de las especies y cómo los procesos, funciones y capacidades son heredadas por los distintos niveles de la evolución. El nivel socio-histórico y cultural se refiere al análisis de los signos culturales como herramientas que median la experiencia y que influencian el despliegue, la forma y característica del desarrollo de los procesos mentales. El nivel ontogenético corresponde al análisis, descripción y comprensión del desarrollo y evolución de las funciones cognitivas a lo largo de la vida de un individuo al interior de una misma especie. Finalmente, el nivel microgenético hace referencia al estudio de la construcción de procesos psicológicos en tiempo presente y su concatenación con eventos inmediatamente pasados e inmediatamente futuros. Implica el análisis de la experiencia como fenómeno en curso y construida por pequeños micro-movimientos casi imperceptible los cuales en su conjunto conforman la totalidad de la experiencia. Vygotsky (1934) utiliza los niveles mencionados para el análisis riguroso y detallado de las funciones cognitivas del ser humano y específicamente la compleja relación entre pensamiento y lenguaje.

La perspectiva vygotskyana de los niveles genéticos de la experiencia ha repercutido posteriormente en el desarrollo del modelo ecológico de Bronfenbrenner (1976), manteniendo este último algunas similitudes con el primero. Es decir, cada nivel genético incluiría al siguiente. De esta manera tendríamos los niveles filogenético, ontogenético, mesogenético y microgenético, siendo este último el centro del modelo, el cual recibe influencias sucesivas de los niveles inmediatamente mayores y así sucesivamente.

Figura 1. Niveles genéticos desde la perspectiva de Vygotsky (1934).

Desde la perspectiva de la Psicología Cultural, Valsiner (2015) realiza una redefinición de la interacción entre los niveles de análisis de la experiencia humana descritos por Vygotsky, enfatizando la existencia de los siguientes niveles: Macrogenético, Ontogenético, Mesogenético y la Microgénesis (Aktualgénesis). Para Valsiner (2015) la experiencia humana es principalmente microgenética, ya que el ser humano está permanentemente “enfrentando” cada nuevo momento en la infinita experiencia del tiempo irreversible con objetivo de reducir la ambigüedad y la incertidumbre en el contacto con el ambiente. De acuerdo a Valsiner (2015) la experiencia microgenética está estructurada culturalmente dentro de marcos de actividad definidos colectivamente que operan en lo que él denomina el nivel mesogenético. Estos procesos mesogenéticos son contextos culturalmente situados y actividades estructuradas donde se concentra gran parte de la actividad humana, a saber, los ritos familiares, reuniones sociales, asistir al trabajo, a la iglesia, al cine, etc. Es decir, el nivel mesogenético constituye el contexto social en el que se desenvuelve el sujeto.

El nivel ontogenético consiste en el desarrollo de una persona a lo largo de su trayectoria total o curso vital. Finalmente, el nivel macrogenético consiste en el desarrollo del contexto histórico y cultural, es decir, la construcción y desarrollo de la sociedad y la cultura en cuanto impacta el desarrollo humano (Valsiner, 2015).

Diferenciando los niveles de análisis de Vygotsky y Valsiner podemos observar similitudes y diferencias. Ambos reconocen el nivel macrogenético – o histórico cultural en Vygotsky –, también ambos confirman la relevancia del desarrollo ontogenético y microgenético. Sin embargo, entre estos dos últimos niveles Valsiner incluye las practicas mesogenéticas, las cuales marcan una diferencia en la cualidad como estos diferentes niveles de desarrollo se relacionan entre sí.

Desde la perspectiva de Valsiner (2015), la vida humana es experimentada el primer lugar desde las experiencias microgenéticas. Estas experiencias microgenéticas impactan las actividades mesogenéticas culturalmente recurrentes. Las experiencias y los significados cargados de sentido construidos en las experiencias microgenéticas durante las actividades mesogenéticas pasan a internalizarse en el desarrollo ontogenético, lugar en el cual tienden a mantenerse. Es decir, a través de las actividades mesogenéticas que congregan una multitud de experiencias microgenéticas, las experiencias son trasformadas en complejas estructuras estables de significados que guían a cada sujeto en su curso vital, por lo que son internalizados en el nivel ontogenético. Valsiner (2015) destaca también que otras experiencias microgenéticas son capaces de construir significados estables en el nivel ontogenético, sin ser mediadas por las prácticas mesogenéticas socioculturalmente situadas.

Por otro lado, las prácticas mesogenéticas también influyen sobre las experiencias microgenéticas construidas momento a momento. Asimismo, los significados previamente internalizados en el nivel ontogenético pueden impactar sobre nuevas prácticas mesogenéticas en el futuro. El nivel histórico cultural – o macrogenético como describe Valsiner – también influye sobre las prácticas mesogenéticas y posteriormente se transforman en experiencias micro o significados internalizados en la trayectoria ontogenética.

Figura 2. Interacción entre niveles genéticos. Adaptado de Valsiner (2015).

En la figura n°2, el punto A y B son diferentes practicas mesogenéticas las cuales reciben influencia de los niveles micro, onto e histórico – cultural. Todo el desarrollo humano es desplegado entonces a través de la interacción entre los distintos niveles de organización de la vida humana. A través de este proceso las experiencias de la microgénesis se integran en la ontogénesis mediada por las prácticas mesogenéticas. A través de la interacción y regulación de los diferentes niveles genéticos el ser humano enfrenta la incertidumbre del futuro en el irreversible fluir de la experiencia.

Discusión

El estudio de la microgénesis de la experiencia humana permite observar la transformación y desarrollo de fenómenos complejos momento a momento. La posibilidad de poder comprender los fenómenos de la experiencia humana en primera persona y observar en detalle el desarrollo y despliegue de los procesos psicológicos no debe ser subestimado, ya que nos permite una comprensión holista y total del flujo de la consciencia y su relación con los procesos cognitivos.

A través de los estudios microgenéticos, la psicología de la totalidad observó con mayor detalle fenómenos que estudió la vieja Gestalt. Incorporó las emociones como parte fundamental de la experiencia sensorial perceptiva lo que ha permitido comprender los procesos de síntesis de la experiencia cognitivo – afectiva.

Este trabajo ha intentado relevar una antigua tradición que puede otorgar respuesta a fenómenos que la actual corriente principal de la psicología está obviando en sus diseños metodológicos. Existe una necesidad clara de dar sentido a fenómeno complejos de la experiencia, así como abordar los procesos de construcción de sentido de la propia vida en el psiquismo humano. Estudiar las pequeñas unidades de análisis que conservan la característica de la totalidad – a diferencia del estudio de las partes constitutivas en la psicología moderna – y su desarrollo, ya sea a través de procedimientos de laboratorio como en la vida real, nos abre a la posibilidad de comprender los aspectos más profundos del desarrollo psicológico.

En este sentido, el abordaje microgenético constituye un aporte al estudio de la salud mental y los procesos psicoterapéuticos. Si bien, existe evidencia de la aplicación de la perspectiva microgenética en el estudio de los procesos clínicos (Fossa, et. al., 2016; Fossa & Molina, 2017), la comprensión microgenética del sufrimiento psicológico podría entregar mayor profundidad en la comprensión del desarrollo y evolución del funcionamiento psicológico en ciertas alteraciones. En este mismo sentido, la comprensión microgenética de los procesos psicoterapéuticos exitosos y no exitosos, así como la observación evolutiva de momentos de cambio y quiebre terapéutico podrían constituir un aporte relevante al desarrollo de la psicoterapia y otras áreas de las ciencias sociales.

Referencias

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* Correspondencia: Pablo Fossa. Facultad de Psicología Universidad del Desarrollo. Av. La Plaza 680, Las Condes. Santiago de Chile. Correo electrónico: pfossaa@udd.cl.

1 Este artículo ha sido apoyado por el proyecto Fondecyt de Postdoctorado N°3180117 de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) de Chile.

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